#CasaECheo es la fiesta virtual del músico, guitarrista y compositor venezolano José Luis Pardo y se convirtió en un fenómeno que su propio creador define como un «purgatorio» catártico en tiempos de confinamiento
A pesar y gracias a la pandemia, los años 2020 y 2021 significaron para uno de los productores musicales más exitosos de Venezuela, José Luis «Cheo» Pardo, un año profesionalmente bueno.
En abril del 2020 lanzó su primer disco como solista, «Sorpresa», antes de esa publicación que él mismo considera un comeback artístico, produjo diversos proyectos musicales para otros cantantes y agrupaciones. En dos oportunidades (2009 y 2013) los Grammy Latinos han reconocido el talento de este músico que aprendió a tocar guitarra a los 13 años.
Durante el confinamiento, quien también es conocido como DJ Afro, causó revuelo en las redes sociales creando más que un ambiente musical, un clima ideal para esa comunidad que desea revivir «la rumba» en tono doméstico.
–Profesor Briceño (PB): ¿Cómo fue esa primera fiesta que decidiste hacer? ¿Cuál fue la respuesta de la gente?
«recuerdo que Jorge GleM y yo propusimos la idea de hacer lo que mejor sabemos: prender un teléfono y ponernos a tocar». Cheo Pardo
–Cheo Pardo (CP): Antes de que empezara la pandemia hicimos una caimanera de béisbol en donde estábamos una gran cantidad de músicos venezolanos jugando, y surgió una conversación en ese partido en la que se comentaba que ya muchos compromisos laborales estaban empezando a cancelarse. Se sentía el pánico. Unos hablaban de que perderían el pago de dos meses y de su trabajo como tal.
Un sector de los músicos se mostró confortado ante la idea de que nosotros como músicos teníamos la labor de entretener, o sea, ese es nuestro trabajo mayor. Había otros que se cuestionaban qué iban a hacer, cuándo iban a tocar, recuerdo que Jorge Glem y yo propusimos la idea de hacer lo que mejor sabemos: prender un teléfono y ponernos a tocar. Básicamente eso fue lo que hice, nunca pensé que iba a tener el revuelo que tendría, porque además la idea surgió a raíz de que me cancelaron un toque y me dio rabia, entonces decidí hacerlo de la misma manera pero prendiendo la cámara.
–PB: #EnCasaCheo hay lo que podría llamarse una rumba pre COVID durante un live en el COVID. ¿Cómo recibes la dramatización que demuestra el público que va a tus fiestas cuando lees sus comentarios?.
Es una hiperrealidad definitivamente, y lo siento súper lindo porque hay un elemento de esa fantasía que a mí me fascina y es que nadie tiene edad, nadie tiene clase social, nadie tiene color, es una especie de purgatorio. Es un sitio donde hay puras almas, no hay nadie mejor vestido que otro, la gente realmente se reinventa. La otra cosa interesante es que la gente que evoca un recuerdo de su mejor fiesta -que por lo general es en un apartamento- lo asocia además a un recuerdo malo.
En mis fiestas pueden tener un promedio de dos mil personas, y la gente dice, Wow... Pero en realidad yo voy a Miami, o a Caracas, y no meto a esa cantidad de gente. La realidad es que ese alcance se logra es a través de este tipo de herramientas. Me divierte mucho esa hiperrealidad.
–PB: ¿Crees que van a quedar formatos del Covid que van a sobrevivir en el mundo post-Covid?
–CP: 100%. Yo creo que hay muchas cosas que van a sobrevivir. Hay muchas cosas que hemos aprendido que son beneficiosas. Con el tema de las fiestas, hay mucha gente de mi edad que ya no sale porque tiene hijos, porque ya no quiere ir a hacer cola en una discoteca y con esto tienen como una paz mental de que pueden rumbear desde su casa. Creo que la gente seguirá saliendo, pero habrán formatos que quedarán. Este tipo de fiestas quedarán, de repente se van a desarrollar de otra manera, de hecho, yo sé que hay compañías tecnológicas desarrollando este motor para aplicar la realidad virtual y que la gente pueda poner sus lentes y rumbear desde su casa.
–PB: El entretenimiento depende enormemente de conocerse, reencontrase. Eso es parte de la vida de la gente que hace entretenimiento. ¿Qué tal está funcionando el networking en pandemia, qué va quedar después de la pandemia, de todas estas nuevas redes que se han construido de un modo distinto?
–CP: Se dice que en el negocio de la música hay una oportunidad de oro para los cantautores, para las bandas pequeñas porque una banda de estas características que toca delante de cuarenta personas va a poder tocar en los próximos meses. Pero las bandas grandes, un Justin Timberlake, un J Balvin, pueden representar un equipo de cien personas para montar su show, entonces le va a costar un poquito más y creo que ahí habrá un cambio de juego que beneficia a muchísimas bandas y a muchísimos artistas que no tenían ese beneficio.
–PB: La venta de discos murió. Tuviste que depender de los shows en vivo y ahora el nuevo fenómeno es el Patreon, una plataforma directa para comprarte contenido ¿Cómo ves esta nueva ventana?
–CP: Me parece interesante que toques ese tema. Ustedes los comediantes y los influencers tienen un trabajo que los músicos no hemos hecho. La gente paga por entretenimiento, y el músico piensa «¿cómo vamos a pedir plata?». Es como una pena pedir plata… Y yo creo que la gente entendió que hay que pagar por el entretenimiento y eso es una cosa que en mi época de músico no existía, en conclusión, la gente entendió que eso cuesta dinero.